El intento de Cristina Kirchner de desviar la atención del escándalo judicial

Su carta repitió conceptos y dió pocas definiciones, en un intento porque se hable más de la misiva que de los jueces que la beneficiaron en la causa Hotesur y Los Sauces.

La carta –o la estrategia de distracción según Chomsky-que Cristina Kirchner hizo subir a las redes sociales, titulada “De silencio y curiosidades. De leyes y responsabilidades”, en verdad tiene poco para decir. Más bien, reiterar algunos conceptos que la vicepresidente ya había mencionado. Como la de la responsabilidad de la oposición respecto al pago de la deuda o que es Alberto Fernández el que tiene la lapicera. No mucho más.

El texto fue difundido por los canales habituales que utiliza la vicepresidenta, Twitter o Facebook, el día sábado por la tarde. Causalmente, un día después del escándalo judicial en torno a su sobreseimiento y el de sus hijos Florencia y Máximo, de la causa por presunto lavado de dinero a través de los hoteles Hotesur y Los Sauces. Escandaloso porque sienta un precedente según el cual dos jueces –Daniel Obligado y Adrián Grünberg- decidieron que ya no hace falta más un juicio oral para probar si alguien es inocente o culpable, directamente se lo puede sobreseer antes. Incluso, pese a tratarse esta de una causa con pruebas irrefutables.

¿Cristina buscó tapar con su texto lábil, el escándalo judicial? Probablemente. Incluso, podría darse que fuera escrito varios días antes porque, en verdad, por primera vez en sus intervenciones epistolares, no habló de persecuciones políticas hacia ella y su familia, ni tampoco del remanido lawfare. Las liberaciones con disminución de condenas por hacer talleres irrisorios en la cárcel, como en el caso del condenado por corrupto Amado Boudou, así como de Julio de Vido, Luis D’Elía, Cristóbal López, Lázaro Báez, José López, Juan Pablo Schiavi, denota que ahora el lawfare juega en favor del kirchnerismo. O, en realidad, nunca existió, sino que hay un grupo de jueces federales obsecuentes del poder de turno y otros, alineados con el cristinismo.

El argumento de que se trata de una carta-distracción también es sostenido por la profundidad de los textos que Cristina Kirchner publicó anteriormente y que tuvieron otra relevancia porque contenían un mensaje político.

En ocasión de dos aniversarios y de un contexto político y económico que se había complicado por la pandemia y por la negligencia de la gestión de Alberto Fernández, Cristina titulaba “27 de octubre: a 10 años sin él y a uno del triunfo electoral: sentimientos y certezas” su balance. Allí ponía a la luz sus cuestionamientos hacia el gabinete nacional con “los funcionarios que no funcionan”, decía que la “lapicera” la tenía el Presidente y delineaba una suerte de acuerdo amplio, admitiendo en realidad que al Frente de Todos se le iba a dificultar el panorama.