El campo y los consumidores pagan el bono a monotributistas y trabajadores informales de Guzmán

Por la alta inflación, la recaudación de AFIP por retenciones y el IVA suben.

Con esos fondos, el Ministerio de Economía financiará el bono de $18.000 para sectores más postergados. El impuesto sobre la “renta inesperada” apunta a reforzar gastos para electoral 2023.

“Soy taxista y gano bien con mi trabajo. Pero como soy monotributista A, ¿puedo cobrar los 18.000 pesos? ¡Cómo tira el Gobierno el dinero!”, preguntaba el conductor de manera retórica y resumía -en pocas palabras- la irracionalidad de los anuncios del ministro de Economía, Martín Guzmán, para reforzar ingresos en sectores postergados.

Ese dinero lo cobrarán no solo los trabajadores informales sino también los que están en blanco. Aquel taxista se da cuenta que él no necesita ese bono. Aunque otros sí, para llegar más tranquilos a fin de mes.

El cristi-kirchnerismo hizo otro pase de magia propio del populismo. Como no tiene aun asegurados los votos para la creación de un nuevo impuesto, anunció que el bono a informales, monotributistas y jubilados se financiará con recursos tributarios

Consecuencia de la alta inflación, subieron los precios y la AFIP recaudó más. En marzo la recaudación tributaria nacional registró un crecimiento de 62,5% interanual, con $1,24 billones, por lo que se estima una expansión en términos reales de 6,5%.

Eso fue posible básicamente por la evolución de los tributos del comercio exterior (¡las retenciones que aporta el tan vapuleado campo!) y de los recursos de la Seguridad Social. También ayudó el desempeño del IVA –que registró un incremento de 55,3% interanual y del Impuesto a los Créditos y Débitos (58,6%).

Es decir, productores y consumidores tuvimos que darle más dinero al Fisco, por vía del impuesto inflacionario. Dinero que se fue del sector privado. Ahora parte de esa recaudación volverá a los sectores más postergados.

Pero el bono será pan para hoy y hambre para mañana. Primero. No hubo un solo anuncio para bajar la inflación, que continua con su propia dinámica.

Segundo. El bono llega a los sectores con consumos atrasados y se volcará inmediatamente al consumo con lo cual el Gobierno recaudará nuevamente por IVA. Y, tercero, con una inflación en alza, el bono tendrá pronto sabor a poco.

Lo que si quedó claro es que el pago de los bonos de $18.000 no dependerá de la recaudación del impuesto a la renta inesperada, que deberá atravesar varios pasos antes de ser creado.

El Gobierno convocará a una mesa con empresarios y sindicalistas. Y recién después el proyecto irá a la Cámara Diputados, donde las mayorías actuales son más ajustadas que las que aprobaron el impuesto a la riqueza.

Ese tributo absorberá recursos del sector privado, restándolos a la inversión. Pero, mas allá de su inconveniencia, si es diseñado como un nuevo Impuesto a las Ganancias, será de ejercicio anual, es decir, el Estado nacional consolidara su recaudación el año próximo.

Entonces, ¿para que lo crea ahora? ¿No estará pensando en recaudar para aumentar el gasto en 2023, año electoral?