“No es fácil, solo queremos pasar y trabajar. Por lo menos de mi parte yo solo quiero pasar a trabajar y tener mejor vivir”, dice Keyla, una migrante venezolana que forma parte de los 14.000 varados en San Pedro Tapanatepec, un pequeño poblado ubicado en el estado sureño de Oaxaca, en México. Ella y otros compatriotas esperan a que las autoridades mexicanas les den el permiso para cruzar el país con rumbo a Estados Unidos.
La mujer dejó atrás a sus hijos para poder cumplir ese propósito y ya busca empleo, como muchos de sus connacionales. “Era repostera, hacía tortas, pero la calidad de vida de ahí bajó demasiado y nos tocó emigrar para poder levantar a la familia”, expresa mientras expone su situación para el medio Milenio: “Trabajas todo el día, te pagan muy poco. Cuando vas a la tienda no te alcanza para comer”, añade en una entrevista. De acuerdo con las autoridades locales, en este pequeño poblado se vive una crisis, porque hay miles de migrantes que esperan los permisos, lo que comenzó a colapsar servicios básicos como la recolección de basura.
En realidad, son miles los que permanecen varados en el sureste de México mientras esperan que se les permita llegar a la frontera con Estados Unidos. Además, tras una reciente decisión de la Casa Blanca, otras decenas son expulsados de ese país todos los días. El 13 de octubre entró en vigor un acuerdo entre Washington y México para devolver a los venezolanos que entren a EEE.UU de forma ilegal, por razones humanitarias. De esta manera, se permitirá la entrada de solo 24.000 que tengan autorización de Washington y que ingresen por vía aérea.
Varios de los migrantes expulsados asimismo acampan en la frontera entre México y su vecino del norte, en Ciudad Juárez, en espera de la resolución sobre su estatus migratorio. El gobierno mexicano también ha tomado medidas. En enero pasado les empezó a solicitar visa, por lo que miles intentaron pasar de forma clandestina o en caravanas.
En el reporte más reciente, Marcelo Ebrard, secretario de Relaciones Exteriores del país azteca, confirmó que en los últimos días la nación norteamericana retornó a 1768 venezolanos a México, bajo el Título 42.
El canciller mexicano reconoció que esta situación, que se está tornando en una contingencia, fue uno de los temas presentes en la llamada que sostuvieron el martes el presidente de este país, Andrés Manuel López Obrador, con su homólogo estadounidense Joe Biden. Enfatizó en que dicho Título 42 no fue un acuerdo con la nación que representa, sino una decisión unilateral de Estados Unidos.
De igual manera, destacó el anuncio de las visas humanitarias para venezolanos y las 65.000 adicionales de trabajo, de las cuales 40.000 serán para mexicanos.
