Antofagasta registra el 24% de los migrantes de todo Chile que viven en campamentos

El Catastro Nacional 2022, del Ministerio de Vivienda, reveló que el 82% de los extranjeros que residen en estos asentamientos se concentran en tres regiones. La medición determinó que en esta zona existen 85 campamentos que agrupan 7.384 hogares.

Actores locales llaman a ordenar el flujo migratorio y reasignar recursos a los territorios donde esta realidad se agudiza, ya que las proyecciones quedan sobrepasadas.

El Catastro Nacional de Campamentos 2022, elaborado por el Ministerio de Vivienda, reveló que el 24% de los migrantes que vive en estos asentamientos se concentra en Antofagasta. La estadística expuso que se trata de un fenómeno en incremento y así lo reflejan los comentarios finales del estudio, señalando que existe “un aumento exponencial de la cantidad de hogares habitando en campamentos entre los diferentes catastros”. La última medición precisó que el 33% de los hogares compuestos por extranjeros llegó a vivir a unos de estos lugares en el 2020 y que, en promedio, desde que se establecen en el país tardan tres años en trasladarse a estos sitios.

Entre sus principales resultados el documento detalló las zonas con más hogares en campamentos. La lista la encabeza Valparaíso, que con 255 asentamientos registra 18.405 hogares; sigue la Región Metropolitana (142-13.392), Tarapacá (55-9.300) y Antofagasta (85-7.384). Pero un elemento importante al mirar la estadística pasa por comparar la cantidad de habitantes de cada uno de estos sectores. Según el último Censo, en Valparaíso viven 1.815.902  personas y en la Región Metropolitana, 7.112.808. Mientras que en Tarapacá hay 330.558 residentes y en Antofagasta, 607.534.

En términos generales, el catastro precisó que hay 1.091 campamentos en todo el territorio y 355 de ellos son nuevos. La totalidad de hogares en los asentamientos llega a 71.961, apareciendo 29.122 más que en el último sondeo, con un promedio de 2,97 personas por cada uno. En Antofagasta hay 85 campamentos y 7.384 hogares.

En las conclusiones, el estudio aseguró que “el rol de la migración puede explicar en buena parte el aumento de los hogares, presentando un problema que requiere soluciones nuevas”. También consignó que las principales razones de traslado a los campamentos están relacionadas con la disponibilidad de ingresos y el alto costo de la vivienda. “La zona norte concentra la mayor densidad de hogares por km2 y la gran mayoría carece de los 3 servicios básicos”, puntualizó el catastro.

Fernando Guzmán, coordinador regional del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM), comentó que esta es una realidad que no es positiva ni para personas chilenas ni extranjeras. “El déficit de viviendas es una crisis del Estado de Chile, que evidentemente, no logra avanzar con la celeridad que este escenario demanda y por eso en los últimos años se evidencia el incremento de los campamentos. También sabemos lo complejo que es para los gobiernos gestionar una gran crisis económica como la que se vive con el impacto de la pandemia y otros factores internacionales que inciden en la posibilidad de obtener recursos para que el Estado atender esta situación”, dijo.

Sin embargo, Guzmán advirtió que el trabajo en esta materia no necesariamente tiene que focalizarse en familias migrantes, porque en estos sectores también viven familias chilenas y en ese sentido, no es positivo que se perciba una prioridad hacia los extranjeros. “En el fondo, si el Estado tiene estos datos desde el Ministerio de Vivienda y Urbanismos debiera generar políticas que respondan a esa realidad de manera integral, tanto para responder al hacinamiento de las familias chilenas y migrantes”, complementó.

Y expuso que con la crisis migratoria, actualmente han sido sobre todo los gobiernos locales los que, con sus pocos recursos, dan respuesta a este fenómeno, cuando hay conciencia de que se trata de un tema país y por lo tanto, el nivel central debiese destinar apoyos y recursos no únicamente para favorecer la seguridad, que “es un tema prioritario y de preocupación de la sociedad, pero también focalizar los esfuerzos para atender la situación crítica a nivel humanitario de las familias migrantes recién llegadas”.

El coordinador del SJM también manifestó que desde hace varios meses ven una disminución bastante significativa de los flujos migratorios. Aclaró que no tienen registro, porque cuando se ingresa por un paso no habilitado no hay posibilidad de obtener datos, y cada vez es más complejo saber cuántas personas llegan en un grupo familiar o de dónde vienen.

“En esto es importante una política migratoria que pueda tener un enrolamiento adecuado para levantar información y encontrar soluciones basados en evidencia. Por ejemplo, gracias al trabajo que tenemos en la oficina de Tarapacá, que se desarrolla en terreno en la frontera de Colchane, pasamos de ver hace varios meses que había flujos de grupos de entre 300 a 600 personas cada día, pero hoy, nos comentan que ingresan entre diez y 20 personas diariamente, lo cual es una disminución muy importante que seguramente tiene que ver con la dificultad que ven las familias al llegar y no cumplir las expectativas de no encontrar un permiso de trabajo rápidamente, regularizarse y conseguir condiciones mínimas para vivir dignamente”, explicó Guzmán.

Además, cree que este escenario se comunica al exterior y por eso, probablemente, ha disminuido el flujo migratorio, aunque para esa conclusión se requieren análisis más complejos. “Lo que es real es que cada vez hay más familias que buscan salir del país, generalmente rumbo a Estados Unidos y al mismo tiempo disminuye el ingreso por pasos no habilitados”, subrayó.