Una luz de alerta para Massa: más sindicatos rechazan el techo del 60% a la suba de sueldos

Están decididos a acompañar la gestión del Gobierno, aunque con la mirada puesta en los posibles candidatos y no tanto en la reelección

El movimiento obrero organizado transita por una disyuntiva que logra resolver fruto de su tradicional cintura negociadora. Por un lado, admite que solo un triunfo del Frente para la Victoria le permitirá sostener el modelo de incentivo a la industria nacional con paritarias libres. Enfrente solo ven reforma laboral, previsional y sanitaria y hasta la persecución de la dirigencia. Por eso, están decididos a acompañar la gestión del Gobierno, aunque con la mirada puesta en los posibles candidatos y no tanto en la reelección de Alberto Fernández.

Por otra parte, aclaran que los reclamos salariales «no tendrán techo» y rechazan de plano el pago de sumas fijas «porque no resuelve la cuestión de fondo que es la pérdida del poder adquisitivo».

En el reciente relanzamiento del Movimiento Nacional Sindical Peronista, los máximos referentes de la Confederación General del Trabajo (CGT) analizaron la situación del país y anunciaron su participación en la campaña electoral, pero le dedicaron un capítulo importante a los ingresos, afirmando: «No vamos a resignar la negociación salarial libre en el ámbito de paritarias, porque eso es el motor de construcción del poder real de los sindicatos».

 

La CGT ratifica su rechazo a las sumas fijas

El secretario Adjunto de la central obrera, Andrés Rodríguez, sostuvo que «no hemos hecho paritarias alocadas en un momento como este» y ratificó que «la inmensa mayoría de la CGT estamos de acuerdo. No queremos una suma fija». La declaración es un mensaje a uno de los cotitulares de la Confederación, Pablo Moyano, que en más de una oportunidad se mostró proclive a una suma fija para los sectores no registrados sin abandonar las paritarias.

Para Rodríguez, «una suma fija por decreto lo único que hace es achatar las categorías y deja sin efecto la verdadera esencia de la paritaria» y explicó que «la suma fija y la paritaria se contradicen. La paritaria conforma un salario con una estructura sólida. Una suma fija es una salida de emergencia pero no se necesita porque las paritarias en plena ejecución».

El también titular de la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) apuntó que «si hay un desfasaje con el ritmo inflacionario hay capacidad para volver a negociar». Remarcó: «Todo que sean medidas tendientes a controlar la inflación, bienvenido sea. Sabemos que Economía y el Gobierno están haciendo el esfuerzo» y añadió «como plantea siempre el Gobierno, nosotros también pretendemos que el salario esté por arriba de la inflación un par de puntos».

 

La inflación, lo que más afecta

El documento elaborado por la CGT en un encuentro que se desarrolló en Mar del Plata, organizado por el gastronómico Luis Barrionuevo, se planteó que «lo que más nos afecta es el desbarajuste que tiene la macroeconomía de nuestro país, especialmente la inflación; cada vez que nosotros logramos recomponer el salario se produce un triángulo donde la inflación crece, nosotros nos mesetamos y recomponemos de vuelta».

Ratificaron que «acompañamos la lucha contra la inflación, pero donde no perdamos poder adquisitivo. Los salarios se revisarán cada tres meses si hace falta, pero cada uno verá en su organización sindical de qué manera da garantías en este proceso».

Casi con el comienzo del año, se dieron dos paritarias que parecían marcar el camino. La Unión Tranviarios Automotor (UTA) de Roberto Fernández firmó un aumento de casi el 30 por ciento por seis meses; mientras que los municipales porteños (SUTECBA) de Amadeo Genta cerraron en un 60 por ciento anual con cláusula de revisión. Por allí fue también la paritaria nacional docente, con un 33,5 por ciento semestral (17,5 en marzo; 8 en mayo y 8 en julio) elevando el salario mínimo inicial a 130 mil pesos a partir de marzo.

 

Acuerdos semestrales entre el 30 y el 40%

El Sindicato de Obreros y Empleados de Estaciones de Servicio, Garages y Playas de Estacionamiento (SOESGyPE) –que conduce otro de los cosecretarios de la CGT, Carlos Acuña), terminó con la paritaria 2022-2023 y logró un aumento del 30 por ciento para este año con un 11 por ciento para abril, 10 para julio y 9 para agosto. Total: 30 por ciento. Y habrá una revisión en septiembre para ver la marcha de la inflación.

Así como les pasó a los Estacioneros, son muchos los sindicatos que terminaron ajustando la negociación 2022-2023 y establecieron porcentajes por tres meses (el acuerdo ya tradicional de los mecánicos, SMATA) o semestrales. En ese marco se inscribió la Federación Trabajadores de Industrias de la Alimentación (FTIA), que activó la revisión para la rama avícola, con una mejora del 16 por ciento: 6 en la segunda quincena de febrero; 5 en la primera quincena de marzo y otro 5 por ciento en la segunda quincena de marzo. Todas las sumas serán remunerativa a partir del mes siguiente.

Finanzas

La obsesión de Massa: por qué se resiste a subir

la tasa de interés pese a la alta inflación

Las consultoras estiman un IPC más alto que en enero. Los alimentos, lo peor de todo. El Gobierno, atento al impacto de la gripe aviar

Aesta altura, ya con el inicio de marzo encima, Sergio Massa quiere -aunque sea- una pequeña revancha en medio de la aceleración inflacionaria: que el índice de febrero empiece con «5», y no con el «6» que están pronosticando las consultoras que habitualmente monitorean la evolución de la inflación.

Los precios de los alimentos volvieron a liderar las subas, de acuerdo a los testeos que también realiza el Gobierno y el Banco Central. Los últimos relevamientos dieron una inflación que comienza con «6», pero todavía faltaban relevar los últimos días del mes en los que, aparentemente, no hubo grandes modificaciones en los precios.

La «obsesión» de Massa por unas décimas menos no se relaciona, obviamente, con algo de la propia dinámica inflacionaria. Más bien se vincula a las expectativas que el titular de Hacienda quiere poner en juego: demostrar que la inflación, al menos, no empeoró.

La clave se conocerá el próximo martes 14, cuando el INDEC oficialice la inflación de febrero.

Está claro que de ninguna forma, el ministro podrá cumplir con su promesa de un IPC que empiece con «3» en abril. La inflación, finalmente, rondará el 20% en el primer trimestre del año. Muy lejos de las necesidades políticas del jefe de Economía.

 

¿Suba de la tasa para afrontar el desvío?

Massa y Miguel Angel Pesce vienen evitando una nueva suba de las tasas de interés a pesar del recalentamiento inflacionario. Y de los reclamos del FMI.

Fuentes del equipo económico dijeron a iProfesional que esta vez tampoco habría un ajuste en el costo del dinero.

El argumento es que «la tasa sigue siendo positiva», aun cuando se vino incrementando en los últimos meses. La condición del FMI es que la tasa de los plazos fijos vayan por delante del IPC.

Hoy en día, la tasa efectiva anual (TEA) de los depósitos asciende al 107%, unos puntos por encima del 100%-101% anual de la inflación de febrero. No obstante, esa brecha vino bajando al ritmo del recalentamiento de los precios, y es por eso mismo que los técnicos del Fondo prefieren una suba de las tasas de interés.

Para Massa y Pesce, la realidad es que el actual rendimiento de los plazos fijos sirve en la práctica porque los ahorristas se mantienen en los bancos y no sacan los pesos para pasarlos a dólares.