Protesta de trabajadores de Coca Cola termina en represión policial en Salta

Ayer, trabajadores de la planta distribuidora de Coca Cola en Salta, quienes desde hace días vienen exigiendo un incremento salarial en base a la crisis social y económica que vive el país, fueron reprimidos por efectivos de la Policía de Salta e Infantería. Los trabajadores solicitan que se incremente el ítem de productividad al 65%, ya que actualmente solo otorga un plus del 16% a los salarios en base a la producción. La represión dejó 5 detenidos y varios heridos por balas de goma.

El Sindicato de Aguas y Gaseosas (SUTIAGA) afirmó que, en represalia por las manifestaciones, hubo 300 despidos en la planta de Salta, aunque los trabajadores aún no han recibido los telegramas de despido.

El secretario general de SUTIAGA, Juan Carlos Ortega, indicó que desde el miércoles se incrementaron las medidas de fuerza y que la protesta en las puertas de la empresa fue para impedir la salida de los camiones con mercadería. Ortega afirmó que la protesta generó malestar en la gerencia local y nacional.

Los trabajadores solicitan un incremento en el ítem de productividad, el cual es efectivo desde hace más de dos décadas y actualmente solo otorga un plus del 16% a los salarios en base a la producción. El Sindicato señaló que la empresa tiene los recursos económicos para dar el incremento, ya que «se vendió bien en la pandemia» y ahora «le pedimos que nos ayuden», porque «el sueldo no alcanza».

La represión ocurrió cuando más de 100 efectivos policiales trataron de desalojar a las personas que se encontraban en las puertas de la planta. Los policías empezaron a disparar balas de goma, lo que ocasionó heridas en la cara, brazos y piernas de algunos manifestantes. Además, hubo 5 detenidos.

El jefe de prensa de la Policía de Salta, el comisario Miguel Velardez, informó que «por disposición de la Fiscalía se debía intimar a los manifestantes que tenían que permitir seguir trabajando a la empresa ya que había conciliaciones anteriores», y «si no desistían había que liberar la puerta para que salgan los vehículos». Tras la negativa de los trabajadores, la fuerza de seguridad los desalojó. Velardez insistió en que fue «lo único que se hizo», señalando que «la gente aún sigue manifestándose, pero a un costado».