¿Conviene pagar con tarjeta tras la última suba de tasas del Banco Central?

Si bien el costo financiero total quedó por encima de la inflación proyectada, distintos analistas advierten que la decisión de pagar en efectivo o usar el plástico depende de la persona, sus ingresos y el bien a adquirir, más allá de la tasa.

El Banco Central aumentó el jueves pasado nuevamente las tasas de referencia. Según los nuevos valores difundidos, los bancos pasarán a aplicar una tasa nominal del 88% anual para aquellos gastos con tarjeta de crédito hasta $200.000 o US$200. Una semana atrás, antes de la primera suba de tasas, se encontraba en un 77%. Es un salto de 11 puntos en abril, lo que se traduce en una tasa efectiva anual de 133,78%.

Se trata de los porcentajes que aplican cuando no se paga el saldo mensual total de la tarjeta.

No obstante, a la cifra anterior se le tienen que sumar los costos de comisión que tiene cada banco (hacen al costo financiero total -CFT-), que determinará el monto real a pagar. Por caso, el Banco Nación informó que para gastos que no superen los $200.000, el CFT será ahora del 153,82% mientras que, para aquellos por encima de este valor o por más de US$200, alcanzará el 242,32%.

De acuerdo con esto, Guillermo Barbero, socio de First Capital Group, dijo que no convendría usar el plástico, ya que el CFT estaría por encima de la inflación esperada para el año. Más allá de esto, también indicó que la inflación es un promedio de aumentos, es decir, que no es lo mismo pensar en comprar un aparato de electrónica, un mueble, un colchón o ropa.

“Si es algo fabricado en el país, convendría pagar en efectivo, mientras que, si es algo importado o con componentes importados, por ahí se podría usar la tarjeta, porque esos rubros podrían moverse más que la inflación, ligado a lo que pase con el dólar”, explicó.

Según el último informe de First Capital, las operaciones con tarjetas de crédito en pesos registraron un saldo de $2.443.898 millones en marzo, lo cual significa un aumento de un 5,2% nominal con respecto al cierre del mes anterior. El crecimiento interanual llegó al 81,8%, y tampoco alcanzó los niveles de la inflación, arrojando en consecuencia una baja de la cartera en términos reales.

“A pesar del incremento de los precios de los bienes que se adquieren con tarjeta de crédito, observamos que los saldos financiados no crecen al mismo ritmo. Pensamos que varios factores influyen para que se dé este fenómeno: una menor oferta de cuotas por parte de las entidades financieras debido al alza del costo de los fondos para las mismas, una autolimitación por parte de los consumidores a comprar en cuotas debido a los mayores costos por financiamiento, un parque de tarjetahabientes que tiende a achicarse por el incremento del riesgo crediticio; y, por último, límites de crédito que no crecen con la frecuencia y en el importe necesario para absorber los mayores gastos”, detalló Barbero.

En cuanto al uso de tarjetas de crédito en dólares, se registró una suba interanual del 2,7%, aunque con un comportamiento mensual irregular. En marzo, hubo una disminución del 22,5% respecto al mes anterior.

Por su parte, el analista económico Damián Di Pace dijo que financiarse con tarjeta con el plan oficial Ahora 12 es aún “recontra conveniente” porque la tasa y el costo financiero total están por debajo de la inflación futura. Más allá de esto, si hay que financiar el saldo de tarjeta, el costo es efectivamente del 153% y tomarlo o no depende de la persona y su salario.

“La realidad es que el salario registrado privado hoy está al 100%, con una inflación al momento del 120% y con una inflación en otros bienes del 130%. Si vos me decís que te tenés que financiar para comprar un bien que aumentó 150%, te digo ‘hacelo’ porque la verdad es que conviene y vamos a un contexto de aceleración importante. Y diferente es la situación de otros sectores que están muy por debajo de ese nivel de acompañamiento, de ese nivel de ingreso. Por ejemplo, si es un monotributista o un autónomo que tiene fuerte presión tributaria y no tiene un ingreso constante, ahí la situación es diferente”, apuntó y sumó que el costo financiero de los créditos personales está entre un 230 y un 330%, de acuerdo a si se tiene salario registrado o no. “Me parece que la conveniencia de usar la tarjeta o no depende del bien y del interés”, cerró.

Sigue la preferencia por los planes de financiación cortos

Más allá de la suba de tasas, hoy se conoció el índice Prisma correspondiente al primer trimestre de 2023, en que se mantuvo la preferencia por los planes de financiación cortos del Ahora 12, muy probablemente por el endeudamiento que acarrean las familias.

Así, el volumen de las operaciones de los planes Ahora 3 pasó de representar el 19,84% del total del consumo con este programa entre enero y marzo del año pasado al 37,03% en el mismo trimestre de 2023, con un crecimiento de 86,64% interanual.

El aumento también se dio contra el trimestre anterior, de octubre a diciembre, que incluye el Día de la Madre y Navidad, cuando la participación de esta modalidad estaba en el 35,71% del total de los planes Ahora.

Por su parte, las compras a través del Ahora 6 alcanzaron en el inicio del año una participación de 30,51% en el total, por encima del 19,84% del mismo periodo de 2022, con un crecimiento de 53,78% interanual. En este caso, también se superó la participación del último trimestre del año, de 30,23%.