En el arranque de la última fecha del certamen organizado por la Liga Jujeña de Futbol se vio opacado por una situación inesperada. Sucede que el encuentro entre Atlético Palpalá y Atlético Gorriti, que debió marcar el cierre del Torneo Apertura, pero lamentablemente no se llevó a cabo debido a una medida de fuerza que paralizó la acción en el campo de juego.
La decisión de no jugar se originó en un conflicto interno que involucra a los jugadores del primer equipo masculino y la actual dirigencia del club “Pirata”.
La protesta que condujo a la suspensión del partido surge de una serie de desacuerdos entre los jugadores y la dirigencia en torno al manejo financiero de la entidad Siderúrgica. Los jugadores del “Pirata” expresan su malestar ante lo que consideran «el manejo inadecuado de los fondos por parte de quienes lideran el club». Además, otro punto de discordia es la reciente expulsión de Fabricio Abad, una figura emblemática del equipo y un jugador histórico de la institución.
Las tensiones acumuladas y la percepción de un trato injusto hacia uno de los referentes del equipo, Fabricio Abad, llevaron a que los jugadores decidieran llevar a cabo esta medida de fuerza, impidiendo la realización del partido. La no presentación en el terreno de juego es un reflejo de la necesidad de los jugadores de hacer oír su voz y buscar un cambio en las circunstancias actuales.
