Debido al impacto de la sequía, en los primeros siete meses del año el complejo exportador de granos y subproductos, liquidó alrededor de un 40% menos de divisas que en el mismo período de 2022. Por caso, en julio, según los datos de Ciara-CEC, ingresaron del agro u$s1.925 millones, un 30% menos que en el mismo mes del año anterior. En los primeros siete meses del 2023 entraron u$s12.956 millones, frente a los u$s22.300 millones del mismo período del año pasado.
Soja: perspectivas e insumos
Con mejores pronósticos climáticos, las perspectivas para la próxima campaña de soja son más alentadoras. De hecho, según un reciente informe de la Guía Estratégica para el Agro (GEA) de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), “la superficie dedicada a soja experimentará un aumento, rompiendo una racha de nueve años de caída continua: estimaciones iniciales apuntan a una intención de siembra de 17 millones de hectáreas, lo que representa un aumento interanual del 6,2%”.
“En tanto, si las condiciones climáticas son favorables, se proyecta una producción de aproximadamente 48 millones de toneladas, en contraste con las 20 millones del ciclo 2022/23, que marcaron el peor registro del siglo”, detalló el estudio.
De esta manera, a modo de proyección, según el precio FOB actual de la secretaría de Agricultura (u$s520 por tonelada), el incremento en la producción de soja podría representar u$s25.100 millones de ingresos de divisas. Lo que significa, aproximadamente, unos u$s10.000 millones más que la campaña anterior. Aunque, claro, el número final dependerá del total que se exporte ya sea grano o productos con valor agregado (harina, aceite o pellets de soja).