Jubilaciones de la Anses: reajuste, bono, reintegros y distorsiones crecientes desde septiembre

Este mes los haberes suben 23,29% por movilidad; habrá, además, un bono por las pérdidas frente a la inflación, pero solo para quienes cobran el ingreso mínimo, algo que implica un trato desigual y un mayor daño para algunos bolsillos.

Los haberes jubilatorios del sistema general de la Anses tienen este mes con un reajuste de 23,29%, por la aplicación de la fórmula de movilidad de la ley 27.609. El aumento alcanza a todos los jubilados y pensionados, sin importar el nivel de ingresos, y determina los importes que se percibirán en septiembre, octubre y noviembre.

Desde el inicio del año la suba acumulada por movilidad es de 74,5%, un porcentaje que se ubica muy por debajo de la inflación que, para el período de enero a septiembre se estima que será no inferior a un nivel de entre 90% y 95%. Hay, por lo tanto, una caída muy significativa del poder adquisitivo.

Dada la insuficiencia que demuestra la fórmula de actualizaciones, aprobada por el Congreso en 2020 (y vigente desde 2021) a propuesta del Gobierno, desde hace un año se otorgan bonos que, al no ser para todos, provocan un achatamiento de la pirámide de ingresos, en desmedro de quienes más aportaron.

Esa distorsión se profundiza ahora, porque entre septiembre y noviembre se pagará, junto con los haberes, un bono mensual de $37.000 que, según confirma el decreto 442, alcanza solamente a quienes cobran el haber mínimo o una pensión no contributiva. Así, hay un grupo de jubilados que cobró un refuerzo hasta agosto y que, en el contexto de una inflación acelerada, ahora deja de percibirlo, y otro grupo que seguirá al margen de esas compensaciones. Para este segmento, entre enero y agosto el ingreso perdió, en términos reales, más de 20%.

El refuerzo de $37.000 será para quienes cobran el haber mínimo, que desde este mes es de $87.459,76, en bruto, y de $84.835,97 en términos netos. El bono no está sujeto a descuentos y, por tanto, quienes cobran la mínima recibirán en mano $121.835,97 mensuales (o menos, si es que tienen otros descuentos además del aporte al PAMI).

El pago extra reemplaza al de $27.000 que se había anunciado días antes de las PASO (y que no llegó a reglamentarse). El agregado de $10.000 a la cifra original fue anunciado, en un video de Instagram, por el ministro de Economía y candidato a presidente, Sergio Massa. Es un intento por aliviar los efectos de la mayor inflación provocada por la devaluación del día después de las elecciones, decidida por el funcionario.

Ni Massa ni la directora de la Anses, Fernanda Raverta, aclararon, al hablar del tema, qué ocurriría con los jubilados de ingresos mayores a la mínima, por lo que se presumía que quedarían sin compensación. Eso fue confirmado por el decreto que oficializa el bono.

Según datos de la Secretaría de Seguridad Social, en el sistema general contributivo que gestiona la Anses hay algo más de 5,6 millones de personas que cobran jubilación o pensión y, de ellas, 2,3 millones tienen el haber mínimo. Para definir si se paga o no el bono, que abarca también a las pensiones no contributivas, como la PUAM, se tiene en cuenta el ingreso por persona y no el monto de cada beneficio. Así, si alguien es titular de dos haberes mínimos, no recibirá el refuerzo.

Habrá un extra para quienes tienen un ingreso mayor al mínimo y de hasta $124.459,76. Se les pagará, concretamente, la diferencia entre el haber propiamente dicho y esa cifra. Si el ingreso es (ya aplicado el 23,29%) de $100.000, se agregará un adicional de $24.459,76.

Para quienes perciben más de $124.459,76 no habrá refuerzo. Los jubilados y pensionados que desde este mes cobran entre ese monto y $174.919,52 recibían hasta agosto un bono de $5000, y ya no lo tendrán. En caso de un ingreso así, que equivale al haber mínimo multiplicado por dos, el aumento nominal de este mes es, en la práctica, de 19%, y el acumulado en lo que va del año, de 63,1%, muy lejos de la inflación estimada a este noveno mes.

Más allá de que para el grupo sin bonos la caída de poder adquisitivo es mayor, lo cierto es también que se produce un achatamiento de la pirámide, acortándose la distancia entre ingresos (que son diferentes en función de lo que se aportó al sistema). Quien tiene, por ejemplo, un haber un 50% más alto que el mínimo (es decir, $131.190) cobrará en mano apenas un 3,4% más que quien tiene el básico: el neto será en ese caso de $125.942.