El papa Francisco se metió en la campaña

Es curioso que la Iglesia, o un sector de la misma, tome posición tan firmemente contra un candidato en un momento electoral.

Por Carlos Pagni – Están pasando cosas inusuales en la Argentina. Como todos sabemos, todos los días hay algo que puede parecer que no ocurría en mucho tiempo, si es que no parece insólito.

Hoy, sucedió uno de esos hechos: una misa organizada por los denominados curas villeros, el movimiento de la pastoral de párrocos destinados a los barrios más humildes. Presidida por el obispo encargado de esa pastoral, monseñor Gustavo Carrara, predica el padre Pepe Di Paola. ¿Para qué? Varias cosas: primero, desagraviar al papa Francisco por dichos de Milei, pero por dichos que pronunció en los años 2017 y 2018, cuando Milei habló de que el papa era “el maligno” que distribuía el comunismo a través de la Tierra.

Los curas rescatan esa frase para hablar de otros temas, para poner en discusión algunas afirmaciones que dice Milei ahora, por ejemplo, que la justicia social es un delito. Es curioso el enfrentamiento, es curioso que la Iglesia o un sector tome posición tan firmemente en una campaña electoral contra un candidato, con nombre y apellido, en una misa.

Hubo también una declaración y, en esa declaración, uno de los sacerdotes que leyó el texto habló de algo que también se empieza a imponer en la campaña. Se hizo la pregunta respecto de la estabilidad emocional de Milei. Planteó abiertamente la pregunta acerca de si alguien que se exalta tanto por una discusión ideológica puede ser presidente.

Es decir, un sector de la Iglesia muy ligado al papa -es más, uno se pregunta si el papa no habrá dado un visto bueno a este pronunciamiento- que irrumpe en la campaña no solamente para desagraviar a Francisco, sino también, para abrir una discusión que, hasta ahora, el kirchnerismo no ha abierto sobre las afirmaciones de Milei respecto, sobre todo, a la política social con la que están tan identificados estos sacerdotes.

Curiosamente, el mismo día en que se celebra esta misa en Barracas, Milei se introdujo en el corazón del conurbano y realizó una marcha -aparentemente, con mucho atractivo- por la Matanza y Merlo.

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También desde la Iglesia, aunque desde un punto de vista más intelectual o científico, si se quiere, se han realizado encuestas en las villas. Una de ellas fue hecha por el Centro de Investigación y Acción Social que tienen los jesuitas, presidido por el padre Rodrigo Zarazaga antes de la elección, para mirar las preferencias electorales en las villas del conurbano bonaerense y de la Capital Federal. Fue la única encuesta presencial, entre otras cosas, porque es muy difícil entrar a esos lugares y solamente la Iglesia y las comunidades religiosas ingresan.

En esa encuesta, aparecía que Milei tenía 7% de intención de voto, pero cuando se indagaba a los menores de 25 años, subía de 7% a 21% de intención de voto. Muy probablemente, esto también está moviendo a la Iglesia y a los curas villeros, que ven un fenómeno de cuestionamiento ideológico, cuestionamiento conceptual a las políticas sociales ahí donde han sido más activas, en el mundo de los pobres y en el mundo de los jóvenes pobres. Como vemos, muchas rarezas, muchas novedades inusuales de una Argentina que va caminando lentamente hacia una tierra incógnita.