Maximiliano Pullaro arrasó en Santa Fe y Patricia Bullrich buscó impulso para intentar la remontada en octubre

El candidato radical superó por casi 30 puntos a Lewandowski y será el sucesor del peronista Omar Perotti; la postulante a presidenta de Juntos por el Cambio apuntó con dureza contra el Gobierno.

En un resultado con impacto en el escenario nacional y, sobre todo, en el estado de ánimo de Juntos por el Cambio, el radical Maximiliano Pullaro consiguió hoy una victoria aplastante en las elecciones generales y se consagró nuevo gobernador de Santa Fe. El candidato del denominado “frente de frentes” opositor, que conformaron la UCR, el Pro y el socialismo para arrebatarle al PJ el control de la provincia, se impuso con el 58,4% de los votos, con el 98,6% de las mesas escrutadas. El gobernador peronista Omar Perotti y el senador nacional Marcelo Lewandoski reconocieron la derrota y llamaron a Pullaro para felicitarlo.

El triunfo de Pullaro en Santa Fe es más holgado de lo esperado: superó por casi treinta puntos Lewandowski (30,8%) el postulante del peronismo (Juntos Avancemos), quien no pudo revertir el desastre de las primarias y le asestó un duro golpe al peronismo. Pullaro ratifica la competitividad que había exhibido en las PASO del 16 de julio pasado y se asegura la mayoría en las cámaras de diputados y senadores del parlamento provincial.

“Sabemos de las angustias y dolores de los santafesinos, pero también de los sueños de la provincia de Santa Fe, que va a salir adelante con el esfuerzo de todos y cada uno de nosotros”, dijo Pullaro, minutos antes de las 22, al subir al escenario del búnker montado en Puerto Norte. “Alfonsín, Alfonsín”, lo recibieron con cánticos los militantes. “Confiamos en este frente de 15 partidos que se unió para gobernar y para poder cambiar Santa Fe”, agregó.

“Y la provincia de Santa Fe se tiene que alinear con el cambio que se va a dar en la Argentina”, añadió, en una referencia indirecta a Patricia Bullrich. “Miren la gente que nos acompaña, gente valiosa para los procesos que necesita la Argentina”, continuó Pullaro, para saludar a Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau y Rogelio Frigerio, entre otros dirigentes nacionales presentes en el escenario.

Bullrich buscó aprovechar el claro triunfo del exministro de Seguridad de Miguel Lifschitz y la debacle electoral del peronismo para fortalecer sus posibilidades con vistas a los comicios generales del 22 de octubre. En plena cruzada para frenar a Javier Milei (La Libertad Avanza), Bullrich busca tomar impulso para recuperar la expectativa en torno a la oferta de JxC y consolidarse como alternativa de gobierno tras el duro golpe del 13 de agosto. Sin mencionar al libertario, sus dardo más duros apuntaron contra la fuerza que lidera Cristina Kirchner.

Bullrich subió al escenario y se abrazó a Pullaro a las 22. “Maxi Pullaro y Gisela Scaglia han logrado atravesar la elección más importante que ha tenido Juntos por el Cambio en todo el país. Esta elección, que entierra al kirchnerismo en Santa Fe”, continuó, para desatar los aplausos en el auditorio. “Estoy absolutamente convencida de que con Pablo Javkin en Rosario, que con Maxi y Gisela en la provincia, y con Bullrich en la Nación, Rosario se libera de los narcos”, arengó la candidata presidencial de Juntos por el Cambio.

Bullrich no tardó en explicitar el significado de la imagen que compartía con Pullaro. “Quiero decirle a los santafesinos, que así como trabajan y trabajan han abierto un surco para que a nivel nacional este triunfo repercuta en millones de argentinos que están mirando”, afirmó, para completar, endureciendo al máximo sus expresiones contra el kirchnerismo. “Hoy, esta ola de Santa Fe da un nuevo impulso para que a nivel nacional digamos: es ahora, es primero con Santa Fe, es con Entre Ríos, Chaco, Mendoza y la provincia de Buenos Aires. Es con todo el país, es ahora, es momento de destruir el kirchnerismo para que no vuelva más una ideología que ha generado un mal terrible en el país. Es el momento histórico de cambiar para siempre”.

Pullaro celebró, sobre todo, el triunfo de la socialista Clara García, quien se impuso sobre Perotti (Junios Avancemos) y Amalia Granata (Unite) en la pelea por la Legislatura provincial. El vencedor en esa categoría se queda con 28 de las 50 bancas que se renuevan en Diputados. El resto (22) se reparten a través del sistema D’Hondt, por lo cual fue pulseada a todo o nada por el dominio legislativo. Además, el bloque opositor le arrebató al PJ el control del Senado, lo que potencia el duro revés para el oficialismo. Es una pelea clave porque define la estructura legislativa con la que convivirá el futuro gobernador.

Debilitado por la dura derrota y la pérdida de capital político, Perotti lidiará desde este lunes con un delicado proceso de transición de poder. El PJ pagó un costo excesivo por la fragmentación interna que provocó la lucha de liderazgos. Sergio Massa, aspirante presidencial de Unión por la Patria, había viajado dos veces a Santa Fe en las últimas semanas para realizar anuncios vinculados a la seguridad y la complicada situación económica, pero estuvo ausente en la campaña de Lewandowski. Distanciado de Perotti, el senador nacional no logró revertir el resultado de las PASO ni seducir a los indecisos, su gran apuesta en la segunda fase de la campaña.

En la compulsa electoral de Santa Fe volvió a acentuarse la fuerte polarización entre las dos coaliciones dominantes en esta provincia. Edelvino Bodoira (Viva la Libertad), quien intentó capitalizar la ola violeta de Milei, pese a que el libertario no apoyó a ningún postulante a la gobernación, quedó tercero, con 6,4%, delante de la dirigente del Partido Obrero, Carla Deiana (Frente de Izquierda y de los Trabajadores), con el 4,1%.

El clima de euforia que se vive en el comando de Pullaro, por donde desfilaron los principales referentes nacionales de JxC, como Bullrich, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau, Rogelio Frigerio, Luis Petri, Carolina Losada, Rodrigo de Loredo o Maximiliano Abad -Gerardo Morales, jefe de la UCR, fue el gran ausente-, es un retrato del momento anímico que atraviesa la coalición opositora tras el sorpresivo triunfo de Milei en las PASO del 13 de agosto.