Baja la producción de minerales por la carencia de agua en Potosí

Los transportistas señalan que se les redujo en 50 por ciento la carga que llevan a los puertos.

La producción de concentrados de minerales para la exportación sufrió fuerte caída debido a la falta de agua para el funcionamiento de los ingenios en la capital y las provincias.

El presidente de la Cooperativa de Transporte Nacional e Internacional Potosí Ltda, Germán Fernández, informó que la reducción de los volúmenes de carga que se trata en los ingenios afecta a su sector.

Como se trata menos minerales en los ingenios la producción es menor y la asignación de carga para llevar a puerto también habría bajado en el orden de un cincuenta por ciento.

“En realidad hemos sufrido desde hace algún tiempo la baja cotización por lo cual el trabajo ha bajado 50 por ciento, ahora, otro caso es la falta de agua por lo cual los ingenios ya no están produciéndola la misma cantidad que producían, es por esa razón que también estamos con ese 50 por ciento de pérdida se podría decir para el transporte, antes se hacía al mes dos viajes y ahora solamente un viaje”, detalló el dirigente del transporte.

El entrevistado comentó que la carga que les asignan se redujo a un lote por mes y esperan que llegue la lluvia para que se pueda normalizar el proceso de producción y se regularice la carga para el transporte.

Destacó que si antes realizaban dos viajes a los puertos llevando concentrados de minerales, hoy efectuan un solo viaje lo que incide en sus ganancias, pese a lo cual tienen que adecuarse a la nueva realidad.

Los dueños de ingenios mineros señalan que están tratando de regularizar el proceso de tratamiento de carga, pero cada día es  más difícil puesto que se ven obligados a comprar agua por cisternas e incluso de los lugares que estaba trayendo el líquido existen dificultades por la merma de ese recurso.

Se conoce que comunarios de algunas zonas comercializan agua de tal manera que a una persona que trae una cisterna para trabajar en un ingenio le cuesta entre 300 a 450 Bolivianos, dependiendo del lugar donde está el agua.

Se trata de agua cruda que no está certificada para consumo humano y que los comunarios vieron conveniente vender con la finalidad de generarse recursos económicos.