Elecciones en Estados Unidos: qué son los caucus y las primarias y cómo sigue el calendario

Esta semana comenzó en Iowa el primer tramo de la extensa carrera hacia la Casa Blanca, un complejo proceso que demorará 293 días; una guía para entender el proceso de nominación de candidatos

El lunes 15 de enero comenzó en Iowa la primera etapa del largo camino hacia la Casa Blanca, un complejo y extenso proceso que se llevará a cabo a lo largo de 293 días hasta el 5 de noviembre, cuando los estadounidenses definirán si Joe Biden sigue en el Salón Oval o si los republicanos -a través de, muy probablemente, Donald Trump- vuelven al poder.

Esta es una guía para entender el método de nominación de los candidatos presidenciales en cada partido y cómo será el camino hacia la 60° elección de los Estados Unidos.

La elección presidencial de Estados Unidos se lleva a cabo cada cuatro años, el primer martes de noviembre (en rigor, el día después del primer lunes de ese mes, motivo por el cual en 2016 fue el 8 de noviembre). Para ser elegible, los candidatos deben tener al menos 35 años, haber nacido en el país y haber residido allí durante los 14 años previos.

 

Rumbo a la Convención

Dado que no hay una autoridad nacional que lleve a cabo las elecciones, las autoridades locales organizan el proceso electoral con la colaboración de administradores. Cada estado tiene sus propias normativas y calendario electoral.

Antes de que los ciudadanos estadounidenses emitan su voto en noviembre, deben seleccionar a los candidatos a través de una serie de primarias y asambleas electorales, conocidas como caucus, donde los adscriptos al partido eligen a qué candidato respaldarán los delegados de un estado en la convención partidaria nacional. En cada estado, cada partido cuenta con un número específico de delegados que los representarán en la convención, donde se formaliza la designación del candidato presidencial de ese espacio.

Primarias y Caucus: ¿cómo funcionan y cuáles son las diferencias entre ambos procesos?

Las primarias y los caucus son las dos modalidades en las que se dirimen las internas del Partido Demócrata y el Partido Republicano de Estados Unidos.

 

Primarias

Es la modalidad predominante en Estados Unidos. En la mayoría de los casos, los electores deciden en una votación secreta, como en una elección ordinaria. Pueden elegir al candidato presidencial que les interese —y por extensión, a los delegados que los apoyarían— o directamente a los delegados que se comprometen a apoyar a determinado postulante.

Existen dos maneras de contabilizar los votos: proporcional (cada candidato recibe un número de delegados proporcional a los votos que ha recibido) o the-winner-take-all (“el ganador se lo lleva todo”: quien se lleva la mayor cantidad de votos se queda con todos los delegados). Estos delegados representarán a su estado en la convención nacional del partido y votarán para decidir al candidato presidencial de cada partido.

Cada estado, incluido el Distrito de Columbia (D.C.) y algunos territorios de Estados Unidos, recibe un número de delegados, generalmente determinado por el tamaño de la población. Además, utilizan una fórmula para ajustar la cantidad de delegados “premiando” a los estados que, por ejemplo, votaron por el último candidato presidencial del partido.

Además, algunos estados tienen “primarias abiertas”, lo que significa que cualquier votante registrado puede votar en las primarias demócratas o republicanas. Otros estados tienen “primarias cerradas”, lo que significa que solo las personas registradas en el partido pueden votar en esa interna. Otros ofrecen el registro el día de la votación, lo que básicamente abre las primarias a la mayoría de los votantes registrados.

 

Caucus

Varios estados realizan asambleas basadas en un sistema de comités en los meses previos a la elección presidencial. Las asambleas son reuniones organizadas por partidos políticos donde los votantes afiliados discuten quién debería representarlos en las elecciones generales.

Los procedimientos varían según la ley de cada partido y estado. Los republicanos eligen candidatos mediante una votación secreta (los miembros escriben el nombre de su elegido en un trozo de papel y emiten su voto), mientras que los demócratas usan la modalidad de “grupos de preferencia”. En este caso, los votantes registrados se encuentran en colegios, gimnasios u otros edificios públicos o bien en una casa particular para discutir quién debería ser su candidato. Allí, se dividen en grupos en distintos rincones, cada uno asignado a un candidato. Los indecisos tienen su propio espacio. Si un candidato no reúne un cierto umbral de aceptación entre los asistentes —en general, del 15%—, sus simpatizantes deben convencer a otros para que se sumen a su causa o bien resignarse y sumarse a otro grupo. Al final, el número de delegados asignados a cada candidato se basa en la cantidad de votos que recibieron de la asamblea.

En algunos estados los caucus suceden en distintos niveles: primero se eligen por distrito a los delegados que prometen respaldar a los candidatos en la convención del condado. Luego se eligen a los delegados para la convención estatal y después, para la convención nacional.

 

¿Cuántos delegados se necesitan? ¿Cuándo habrá una definición?

Este año, se espera que haya un total de 4516 delegados en la convención demócrata y 2429 en la republicana. Como el candidato elegido necesita la mitad más uno de los delegados, el futuro candidato demócrata deberá ganar, al menos, 2259 apoyos y el republicano, 1215. En el caso del partido oficialista, el proceso será un formalismo: Joe Biden buscará la reelección y no tiene rivales internos de peso.

En años sin un candidato en el poder, como el que están experimentando los republicanos en 2024, el ganador frecuentemente no alcanza el número necesario hasta mayo o incluso junio. En 2016, por ejemplo, Donald Trump alcanzó el número a fines de mayo.

Pero si la ventaja de Trump en las encuestas se mantiene durante las primeras primarias, esta vez la definición podría suceder antes. El pasado 15 de enero, tras sacar el 51% de los votos, el exmandatario consiguió 20 de los 40 delegados que estaban en juego. Mientras que sus contrincantes no lograron ni la mitad: Ron DeSantis obtuvo 9 delegados y Nikki Haley, 8.