¿Pueden las elecciones sacar del poder al líder autoritario de Venezuela?

El presidente Nicolás Maduro se ha aferrado al poder celebrando elecciones simuladas.

En julio volverá a presentarse, pero ¿cedería el poder voluntariamente?

¿Pueden las elecciones sacar del poder al líder autoritario de Venezuela?Los habitantes del barrio de Catia, en Caracas, la capital venezolana, hacían cola para votar el año pasado en unas elecciones primarias celebradas por la oposición. Foto de Adriana Loureiro Fernandez para The New York Times.

Este julio, por primera vez en más de una década, los venezolanos votarán en una elección presidencial con un candidato de la oposición que tiene posibilidades, aunque escasas e improbables, de ganar.

En medio de una crisis económica y democrática que ha llevado a más de 7 millones de venezolanos a abandonar el país (considerado uno de los desplazamientos más grandes del mundo), Nicolás Maduro, el presidente autoritario del país, ha hecho algo que pocos pensaron que haría:

permitir que un candidato de la oposición con amplio apoyo aparecer en la boleta.

Aunque en gran medida es desconocido, el retador lidera varias encuestas, lo que subraya cuántos venezolanos están hambrientos de cambio.

Aún así, pocos se hacen ilusiones de que la votación será democrática o justa.

E incluso si una mayoría de votantes votara en contra de Maduro, existen dudas generalizadas de que permitiría que los resultados se hicieran públicos, o que los aceptaría si lo hicieran.

Venezuela se prepara para votar en un momento en el que el país enfrenta problemas importantes que resonarán mucho más allá de sus fronteras.

 

Problemas

Incluyen supervisar el destino de las vastas reservas de petróleo del país, las más grandes del mundo; restablecer –o no– las maltrechas relaciones con Estados Unidos; decidir si Irán, China y Rusia pueden seguir dependiendo de Venezuela como aliado clave en el hemisferio occidental; y enfrentar una crisis humanitaria interna que ha llevado a una nación que alguna vez fue próspera a un sufrimiento inmenso.

Edmundo González, el candidato que desafía a Maduro, en su casa de Caracas. Foto de Adriana Loureiro Fernandez para The New York Times.Edmundo González, el candidato que desafía a Maduro, en su casa de Caracas. Foto de Adriana Loureiro Fernandez para The New York Times.

Una victoria de Maduro podría llevar a Venezuela aún más a manos de los adversarios estadounidenses, intensificar la pobreza y la represión y estimular un éxodo aún mayor de personas hacia el norte, hacia Estados Unidos, donde un aumento de la inmigración se ha convertido en un tema central en las elecciones presidenciales de noviembre.

Su oponente es Edmundo González, un ex diplomático que se convirtió en el candidato sorpresa de consenso de la oposición después de que el gobierno de Maduro le impidiera postularse a su líder popular, María Corina Machado.

Sus partidarios esperan que pueda ayudar al país a dejar de lado 25 años de chavismo, el movimiento socialista que comenzó con la elección democrática de Hugo Chávez en 1998 y desde entonces se ha vuelto más autoritario.

Antes de la votación del 28 de julio, Maduro, de 61 años, tiene en su poder a la Legislatura, el ejército, la policía, el sistema de justicia, el consejo electoral nacional, el presupuesto del país y gran parte de los medios de comunicación, sin mencionar a las violentas bandas paramilitares llamadas colectivos.

 

González, de 74 años, y Machado, de 56, han dejado claro que son un paquete.

 

Machado ha estado reuniendo votantes en eventos en todo el país, donde es recibida como una estrella de rock, llenando manzanas de ciudades con personas que le hacen emotivas súplicas para que salve el país.