España reconoce al Estado palestino con las fronteras de 1967

El gobierno de Sánchez lidera junto a Irlanda y Noruega un giro europeo que pretende fortalecer a la Autoridad Nacional Palestina frente a Hamas.

Las últimas bravuconadas del gobierno israelí no surtieron efecto. España aprobó este martes el reconocimiento del Estado palestino, un posicionamiento al que de momento se suman Irlanda y Noruega aunque aunque algunos analistas estiman que a este paso seguirá un goteo de más gobiernos como los de Finlandia o Bélgica, entre otros.

A pesar de que de los 197 países presentes en la ONU 143 ya reconocían al Estado palestino, la Unión Europea (UE) suponía hasta ahora una excepción, ya que sólo ocho de sus 27 miembros lo hacían. Ahora ya son 11 y no debe descartarse que la lista crezca en las próximas semanas.

Con esta decisión -comunicada este martes por Pedro Sánchez en una declaración institucional leída desde el Palacio de La Moncloa y aprobada posteriormente en el Consejo de Ministros en plena campaña electoral de los comicios al Parlamento Europeo del próximo 9 de junio-, el Gobierno español pretende empujar a UE hacia hacia nueva posición en el conflicto de Medio Oriente alejada de la tutela norteamericana y más acorde con el claro posicionamiento de sus opiniones públicas, mucho más cercanas a las posiciones palestinas que a las israelíes.

 

Netanyahu arremete

La declaración ha tenido lugar después de que el gobierno de Benjamin Netanyahu lanzara mensajes hostiles hacia el español no exento de amenazas: llamó a consultas a su embajadora en Madrid, anunció que el consulado español en Jerusalén sólo podrá a partir de ahora atender a personas residentes en esa ciudad -con lo que excluye de hecho cualquier amparo diplomático a los palestinos de Cisjordania- y lanzara un vídeo en redes sociales en el que acusaba a España de complicidad con Hamas. La posición israelí tras la declaración no varió. Su gobierno acusó a Sánchez de ser “cómplice de incitación al genocidio del pueblo judío y de crímenes de guerra”.

Estas iniciativas israelíes estuvieron precedidas de una escalada dialéctica después de que dos ministras del Gobierno de Sánchez realizaran declaraciones que van más allá de la posición oficial española. La ministra de Defensa, la socialista Margarita Robles, aseguró que Israel está cometiendo un genocidio en Gaza y la vicepresidenta segunda y líder de Sumar, Yolanda Díaz, abogó en sus redes sociales por una Palestina libre que vaya “desde el río hasta el mar”, una consigna frecuentemente utilizada por quienes propugnan la desaparición del Estado hebreo.

Esto provocó la reacción del ministro israelí de Exteriores, Israel Katz, que la acusó de buscar la eliminación de Israel y el establecimiento de un «estado terrorista» palestino y la comparó con el líder supremo iraní, Ali Jamenei, y con el líder de Hamas en Gaza.

“Nadie nos va a amedrentar”, respondió José Manuel Albares, que aseguró que España es un país amigo de Israel y defiende la convivencia de ambos pueblos, cada uno con su estado.

Sánchez recordó que España condenó desde el primer momento y con contundencia los ataques terroristas del 7 de octubre. “Esa condena es la expresión rotunda de nuestro compromiso absoluto en la lucha contra el terrorismo», afirmó. Así, subrayó que esta decisión, que calificó de histórica, tiene como único objetivo que ambos pueblos alcancen la paz.

El presidente del Gobierno español fue claro en descripción del territorio sobre el que reconoce al Estado palestino. Se remitió a las fronteras de 1967, lo que incluye Cisjordania, gobernada por la Autoridad Palestina que lidera Mahmud Abbas, y Gaza, que controla Hamas desde 2007 y ahora sometida al ataque israelí. La capital sería Jerusalén Este.

Para Sánchez, «el Estado de Palestina debe ser, en primer lugar, viable, con Cisjordania y Gaza conectadas por un corredor, y con Jerusalén Este como su capital, y unificadas bajo el Gobierno legítimo de la Autoridad Nacional Palestina».

Aunque reconoció que no corresponde a España definir las fronteras de otros países, dijo que su posición está perfectamente alineada con las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y con la posición tradicional de la Unión Europea, que se remiten a las fronteras previas a la Guerra de los Seis Días. “No reconoceremos cambios en las líneas fronterizas de 1967 que no sean los acordados por las partes», dijo el presidente.

Aseguró que a partir de ahora los esfuerzos diplomáticos españoles se centrarán en hacer realidad la solución de los dos estados y que para ello la prioridad más urgente será poner fin a la guerra en Gaza, por lo que hizo un llamamiento a un alto el fuego permanente, la entrada de ayuda humanitaria y la liberación inmediata de los rehenes israelíes secuestrados por Hamas.

El presidente señaló a la Autoridad Nacional Palestina como su socio para conseguir la paz y adelantó que España seguirá impulsando la cooperación con los países árabes que trabajan en el mismo sentido.